jueves, 5 de agosto de 2010

MULTITUDINARIA SUBIDA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES

FINALIZÓ LA 67 EDICIÓN DE LA BAJADA
Era el sentir de los que venían acompañando a la patrona palmera desde su salida, poco después de las ocho de la mañana del templo del Salvador: Mucha gente. La intuición se vio confirmada por las cifras que iban indicando los responsables públicos: Miles de personas acompañaban la morenita de La Palma en su Subida al Real Santuario en el día de su onomástica.

Desde todas las bocacalles de la capital palmera, salían ríos de personas que se unían a la comitiva peregrina que tenía la intención de acompañar a la Imagen de la patrona a su Real Santuario. El fervor y devoción se palpaba en el ambiente. A lo largo del camino, en Benahoare, la ciudad parecía querer impedir la marcha de la Señora, pero era inevitable el regreso a su habitual hogar. Una actualizada loa de despedida se unía a la alocución del alcalde capitalino, la ofrenda musical y el homenaje de los vecinos de la zona.


Los benahoraritas y castellanos, en la zona del roque, volvieron a escenificar en la “alegoría” la lucha por imponerse, hasta que Ella medió y pudo proseguir su marcha. El barranco, cada vez más pendiente, hacía dura una marcha decorada por Aves María, y Vivas a la Virgen de Las Nieves. Y, poco a poco, se dejó vislumbrar el Santuario. La emoción al enfilar la Plaza de las Nieves, hizo vibrar el interior de todos los presentes.

Llegados a Las Nieves y tras la tradicional ofrenda floral de los guanches, y la interpretación del Himno Nacional, la Imagen de la Virgen entró en el Santuario. Trasladada de las andas de viaje a las de baldaquino, dio comienzo la Eucaristía presidida por el Obispo, Bernardo Álvarez y concelebrada, entre otros sacerdotes palmeros, por el Obispo emérito Damián Iguacen y los dos vicarios generales de las diócesis.


Álvarez, tras agradecer la presencia de las autoridades eclesiásticas y civiles, y saludar a todos los fieles, recordó el lema que ha acompañado todo el sentir de esta Bajada de la Virgen 2010: “María causa de nuestra alegría”. Pedía la intercesión de la Virgen para que permanezcamos en la voluntad de Dios y así, mantenernos firmes en la auténtica alegría. La fuente ella no es otra que Dios en persona, que ha venido a nosotros -señaló. La eucaristía que celebramos, continuaba el Obispo, citando a Juan Pablo II, es la cuna en la que La Virgen María continúa depositando, para todos nosotros, a su hijo Jesucristo.

Al recordar el río humano que ha acompañado a la Virgen invitó a experimentar el orgullo de ser y sentirnos creyentes, en una isla en la que muchos se preocupan por transmitir la fe. Orgullosos de ser agua viva- propuso – “Torrentes de agua viva para dar vida al mundo, para ir sembrando esperanza, para ir mostrando el amor de Dios al mundo.

Para ello Álvarez pedía a la Virgen que “nos ayude a encontrarnos con Cristo resucitado la fuente de la verdadera alegría, y convertirnos así en testigos de su amor misericordioso.

Tras la homilía la presidenta insular, Guadalupe González, realizó la ofrenda a la patrona: habló de esperanza, ilusión, fortaleza para salir adelante en medio de las dificultades. Para el Museo del Santuario entregó un cuadro de Hugo Pitti en el que aparecen los enanos cuidando con colores vivos y estilo contemporáneo, todo lo que tiene que ver con la Virgen de Las Nieves.

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