viernes, 11 de febrero de 2011

TRES NUEVOS SACERDOTES: PARA DAR RESPUESTA A DIOS, CUALQUIER MOMENTO ES BUENO

Este sábado, 12 de febrero, a las 11:00 horas, en la parroquia de La Concepción, en La Laguna, serán ordenados por el obispo tres nuevos sacerdotes. Nacerán, por tanto, como presbíteros: Honorio Campos, Carmelo González y Juan francisco Lugo. Como la misma realidad y la propia vida de la Iglesia, sus historias son diversas, alguno ingreso en el seminario tras terminar su carrera de periodismo, otro lo hizo desde más pequeño y otro cuando comenzaba su mayoría de edad.

El mayor de ellos es Honorio Campos. Tiene 39 años y recuerda el inicio de su vocación como un proceso lento, atraído por la belleza y significado de las celebraciones. “Los sacerdotes que atendían en mi pueblo natal que es Güímar fueron siendo el vehículo de unión entre Dios y yo. Poco a poco, fui acercándome al altar, al sacramento de la penitencia, a las celebraciones. Luego, empecé a estudiar Teología compaginando estudios con trabajo, antes de entrar en el Seminario.” Campos explicó que su vocación fue un poco tardía, pero remarca que nunca es tarde para decir Sí a Dios. Tras estudiar periodismo y comenzar un trabajo, “entré en el Seminario con 36 años y ha sido un tiempo fructífero. Al principio me daba un poco de respeto porque los compañeros eran mucho más jóvenes que yo, pero resultó que me adapté bastante bien. Pienso que para dar respuesta a Dios, cualquier momento es bueno.” Campos añade que este periodo preparatorio para el sacerdocio le ha valido para rejuvenecer su interior. “Normalmente, cuando estamos insertos en la vida, hoy día, estamos preocupados de muchas cosas y nos olvidamos de reír, de la alegría. Yo recuperé gran parte de todo esto que vamos dejando atrás en el camino de la vida en el Seminario”.

Por su parte, Carmelo González, perteneciente a la parroquia de La Concepción en el Realejo Bajo, tiene 25 años y explica que su vocación surgió hace bastante tiempo al vivir la fe en familia y en la parroquia. “ingresé en el Seminario en septiembre de 2001. Han sido 9 años y medio y como en todas las etapas de la vida, ha habido cosas buenas y cosas no tan buenas. Lo más que me llevo es el trato con los compañeros. Tantas cosas que he podido leer, estudiar, conocer, etc.”

González, a diferencia de lo que opina mucha gente, cree que cada día que pasa es más fácil ser sacerdote. “Aunque parezca un poco raro decirlo, pienso que la Iglesia cuanto más crece y más avanza en la historia, tiene más luces del Espíritu Santo. Hoy tenemos nuevos medios, nuevas posibilidades que hace un siglo no teníamos. Igual que hay cosas que nos pueden frenar en la labor apostólica, hay otras tantas que nos ayudan muchísimo. Lo importante es que contamos con la fuerza del Espíritu.”

Por otro lado, Juan Francisco Lugo es lagunero y tiene 27 años. Su relación con Dios –indica- se vio aparcada de pequeño por diversas circunstancias. “Llegué a la adolescencia y no vivía la fe en Cristo ni la celebraba. Sin embargo, hubo un acontecimiento que marcó mi vida. Muchos recordarán que el 26 de abril de 1997, llegó a La Laguna la imagen de la Virgen de Candelaria. El ver a tanta gente con expresiones de fe sencilla y, a la vez, tan exquisita, el observar especialmente a los enfermos cómo se acercaban a la Virgen, con qué devoción, marcó un antes y un después en mí.” Esta experiencia propició que Juan Francisco, entrara en contacto, posteriormente, con la Orden Dominica de la Basílica de Candelaria. “Los religiosos me ayudaron a descubrir que lo que yo experimentaba era una llamada de Dios que iba en dirección hacia el sacerdocio. A partir de ahí empecé a caminar y descubrí mi historia como una historia de amor entre Dios y yo.”

No hay comentarios: