domingo, 19 de junio de 2011

LA HISTORIA DE UNA VIDA CONTEMPLATIVA EN FRASES (III). JORNADA POR LOS QUE ORAN

Sor Clara María, monja clarisa del convento de Santa Clara, en La Laguna, desde hace diez años.
“En principio, hice la primera comunión y no volví más por la iglesia”. “Vivía sin cuestionarme a Dios”. “Era una joven normal, estudiaba, me gustaba salir con mis amigos, me planteaba la carrera que quería estudiar…”. “Llegó un momento en mi vida, con 16 años, que comencé a cuestionarme si lo que yo estaba viviendo me hacía feliz”. “En esos momentos de silencio, de encuentro con uno mismo –de lo que no hay que huir- vi que todas las cosas de este mundo pasan y todo termina. En el fondo no tenemos toda la felicidad que deseamos”. “Dios me hizo comprender que Él es el que llena esa ansia de plenitud que todos llevamos en el corazón”. “Después de integrarme en grupos, de comenzar a vivir una vida cristiana coherente, de conocer la vida activa, caí en la cuenta que yo sentía la necesidad de llegar a todos los rincones del mundo y atender todas las necesidades de los seres humanos”. “El Señor me hizo comprender que eso lo podía hacer solo desde una vida de oración, de unión con Él, de entrega absoluta a solo Él desde la vida contemplativa”. “No seríamos buenas monjas si no nos importaran los problemas de nuestro mundo y de nuestra sociedad”. “El sentido de la clausura es entregar nuestras pequeñas cosas del día a día, nuestro silencio, nuestro trabajo, nuestra oración y entregarlas a Dios por todos los problemas del mundo”. AGRADEZCAMOS Y RECEMOS.

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