lunes, 23 de enero de 2012

REFLEXIONES BÍBLiCAS Y ORACIONES PARA EL DÍA 6º DEL OCTAVARIO

Tema: Transformados por el amor inconmovible de Dios. Lecturas: Ha 3, 17-19; Sal 136, 1-4.23-26; 1 Jn 5, 1-6; Jn 15, 9-17.

Comentario: en el texto del Antiguo Testamento es la fe en Dios la que permite mantener viva la esperanza a pesar de todos los fracasos. La lamentación de Habacuc se transforma en alegría por la fidelidad de Dios, que da la fuerza frente a la desesperación.

El salmo 136 confirma que la memoria de los hechos maravillosos de Dios en la historia de Israel es una prueba de su amor fiel. Las grandes obras salvíficas de Dios son una fuente de alegría, gratitud y esperanza, que los creyentes han expresado a lo largo de los siglos en sus oraciones, himnos de alabanza y música.

La epístola nos recuerda que el que ha nacido de Dios es el que vence al mundo. No se trata necesariamente aquí de victorias mesurables según nuestros criterios humanos. Esta fuerza victoriosa es la fe de la que Dios es al mismo tiempo la fuente y el dispensador. Y su manifestación más perfecta es el amor.

En el texto del Evangelio Cristo da a sus discípulos la seguridad del amor de Dios, que encontrará su confirmación definitiva en la muerte del Salvador en la cruz. Al mismo tiempo, les invita y reta a mostrar amor unos por otros. La relación de Jesús con sus discípulos se basa en el amor. No les trata simplemente como discípulos, sino que les llama amigos. El amor fiel de Dios permitirá superar los obstáculos y las divisiones más profundas. Por esta razón, nuestra fe es la que vence al mundo, asociada al poder transformador del amor de Dios.

Oración: Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, por tu resurrección triunfaste sobre la muerte y te has convertido en el Señor de la vida. Sin mérito nuestro, Tú nos has elegido para ser tus amigos. Haz que el Espíritu Santo nos una a ti y unos con otros en la amistad, para que te sirvamos fielmente en este mundo y seamos testigos de tu amor fiel. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por siglos de los siglos. Amén.

Preguntas para la reflexión: 1. ¿Cómo debemos expresar el amor cristiano en contextos de diferentes religiones y filosofías? 2. ¿Qué debemos hacer para convertirnos en testigos más creíbles del amor inquebrantable de Dios en un mundo dividido? 3. ¿Cómo pueden los discípulos de Cristo apoyarse más visiblemente unos a otros en todo el mundo?

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