viernes, 26 de octubre de 2012

EL FRACASO

"Si recorriéramos cualquier librería ojeando los títulos de las novedades editoriales, e hiciéramos una estadística de los términos con mayor presencia, seguro que aparecerían, entre otros: salud, trabajo, éxito, ayuda, liderazgo,... La dinámica del éxito puesta por escrito con fórmulas secretas de la mano de adiestrados maestros de la autoayuda. Se publica porque se vende. Tal vez se venda por la alta demanda en personas que se sitúan en el balcón de un existencial audodenominada de fracaso.



Y ¿qué es el fracaso? Aunque el diccionario nos diga que es "la fruta de éxito o el obtener un resultado adverso", para muchos un fracaso malogra toda la vida. Pero, ¿y qué es el éxito? Suele entenderse como el resultado feliz de un negocio, una actuación o, al menos, una buena acogida.

Y me pregunto: ¿un fracaso que tanto tiene que ver con la opinión o gusto de los demás, con su acogida o no, con su compra o no, con su aplauso o no, acaso puede malograr una vida? ¿Es verdadera vida aquella que se vive sin una atronadora aclamación popular? ¿Son los mejores libros los más vendidos?

La ciencia debe tanto a los fracasos como a los éxitos. La investigación exige tanto la valoración de los resultados positivos como la valoración de los negativos. Un fracaso, bien encajado, adecuadamente digerido, integrado, puede tener incluso mayor valor que un inesperado éxito. y nos lo muestra una y mil veces la historia: un ajusticiado fuera de las murallas, tratado como esclavo, muerto y enterrado, ha marcado un antes y un después en el calendario que usamos en occidente; un desheredado, un loco por la ecología, un enamorado de la divinidad, en lo más oscuro del Medievo, es hoy paradigma de fraternidad y respeto a la obra de la creación.

¿Dónde está el fracaso del fracaso? El fracaso y el éxito intercambian los papeles cuando el tiempo los adoba".

(Juan Pedro Rivero, sacerdote, director del ISTIC y Rector del Seminario)


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